Comentario: |
A modo de crónica: El placer en los sonidos... Tomaré un punto de partida, una evidencia estructural. Bastarán dos notas, Re y Mi. A partir de esta idea banal, escribo... Repetición, la repetición es placentera (Re-Re-Re-Re-Re...); si tiene valores breves e iguales, mejor. Parece que todo está en orden: sólo un sonido, un valor... ¿Aburrido? Debo introducir distorsiones, rupturas que permitan apreciar la verdadera naturaleza de lo regular. Ahora asciendo, giro, retorno al punto inicial… ¡Rupturas percusivas! Calma… Y ese trino que se me antoja interminable… Se acabó, caigo inexorablemente. Hay un abismo sombrío allí abajo... Ya sólo soy un punto breve en la oscuridad, sólo un instante en la resonancia. |